Llegamos al final de un nuevo año académico.
Por cierto, no fue un año como los demás. Durante este trayecto nos vimos obligados a enfrentar desafíos que nos exigieron desarrollar nuevas competencias, adaptarnos a los cambios y sobre todo luchar sin desanimarnos frente a los obstáculos.
La distancia nos impuso nuevas formas de vincularnos pedagógicamente, y de habitar los espacios de encuentro.
Sin lugar a dudas ha sido un año lleno de aprendizajes inesperados. Este es un momento adecuado para reconocerlos y para reconocernos. Para contemplar el crecimiento y para prepararnos para lo que aún falta.
Les deseo a todas y a todos que logren encontrar un balance positivo de lo vivido y experimentado hasta acá, que puedan descansar y compartir este tiempo que se abre con sus seres queridos y que renueven las energías para continuar este camino hasta llegar a la meta: enseñar para transformar.
Un abrazo afectuoso:
Colegio Manuel Belgrano